Perfeccionista o esforzado saludable. ¿Qué eres?

 

perfeccionista

¿QES EL PERFECCIONISMO?. Implica un pensamiento de todo o nada. Los errores no son aceptables nunca ya que se tiene que alcanzar los estándares de rendimiento más alto, estas personas son más vulnerables a problemas de salud (mental y física).

Si hay una constante en mis sesiones de Coaching, sobre todo, entre mujeres o chicas jóvenes, es la creencia de que deben ser perfectas, de que no pueden permitirse el mínimo error o el mundo se desmoronará bajo sus pies. Perfecta madre, perfecta estudiante, perfecta hija…..

Es difícil tratar esta creencia que, a veces, arrastramos desde niñas, bien porque nos la han impuesto desde fuera, o bien porque nosotras mismas la hemos cargado en la mochila.

Como ya comenté en otro artículo, con los hijos varones  las expectativas suelen ser diferentes.  Comprendemos y nos hace cierta gracia que «ellos» sean más alocados, inmaduros etc. Las chicas se presupone que somos más «responsables».  Y así, llegamos a adultas con esta autoexigencia que en raras ocasiones conduce a la felicidad, sino al contrario, a la ansiedad. Incluso proyectamos este anhelo de perfección en los demás: amigos, compañeros de trabajo, parejas o hijos. Nada ni nadie es suficientemente bueno. Es mejor hacer nosotras mismas absolutamente todo, así nos aseguramos de que quede perfecto.

Con los estudiantes ocurre igual. Hay que distinguir entre un esforzado saludable, y un estudiante perfeccionista, esos niños que cuando no sacan todo sobresalientes se sienten mal. Está bien aspirar al máximo siempre que no conseguirlo no nos genere frustración.  A las personas perfeccionistas, también les cuesta trabajar en equipo, puesto que al no tener el control del proceso y de los resultados se sienten angustiados, intentan mantener sus expectativas creando a veces mal ambiente en el grupo.

                                    LO MEJOR ES ENEMIGO DE LO BUENO Voltaire

Recuerdo una sesión con una chica brillante. Para ella cometer un fallo era impensable. Trabajamos ese tema, y  en las últimas sesiones, aprovechando que tenía que escribir un cuento para un trabajo,  lo hizo  sobre las consecuencias de cometer errores. Fue revelador pues su «subconsciente «, ya tenía todas las respuestas. Al plasmarlas desde un lugar donde ella se relajaba, la escritura, surgieron de forma natural y las trajo a su consciencia.  Os dejo el enlace del cuento al final, para ver qué enseñanza sacáis. ¿ Quizás lo que hoy es un error mañana se puede convertir en un gran acierto?

De todos es conocido que en EEUU, en las entrevistas de trabajo, te preguntan cuántas veces te has caído, y cuántas has intentado hacer algo. No importa si tu proyecto no prosperó, esto les da la medida de tu resiliencia y de tu capacidad de sobreponerte.

La última sesión con alguien muy autoexigente me hizo trabajar duro. Estaba en bucle, se daba cuenta de cuánto se exigía a ella y a su familia y era consciente del estrés que generaba a todos, pero no se sentía capaz de aflojar sus expectativas. TENÍA QUE llegar a todo. Acababa haciendo los deberes de sus hijas para que les dieran un diez ( ¿a quién?), el trabajo de sus compañeros…

¿Te es familiar? ¿Has sentido alguna vez lo mismo?

Después de probar, jugar, retar, me vino la idea.

Te propongo «Un perfecto día imperfecto». Por un día deja que las cosas salgan mal.

-¿Mal? -me dijo temerosa- ¿el qué?.

-Eso no te lo voy a decir yo, lo que tú quieras, traspapela los papeles en el trabajo, llega tarde a una cita, quema la comida, aparca mal… todo lo que quieras.

Jajaja,- rió- eso es absolutamente imposible.

A los dos días me escribió. Intentó atrasar el despertador  y  llegar tarde al trabajo, pero se despertó antes que nunca . Desalentada, salió convencida de que no podía conseguir un «Perfecto día imperfecto», pero como por arte de magia ese día, todo le salió mal. Se dió un pequeño golpe con el coche, lo que la llevó a ir a por sus hijas tarde al cole, con el lío, se olvidó de comprar cena «saludable», colgó de forma brusca el teléfono a una amiga un poco impertinente ….. y  después de un sinfín de minidesgracias…..pidió pizza para cenar, cosa absolutamente inusual.

Este día desastroso la hizo tremendamente feliz, pues se dio cuenta de que el mundo seguía funcionando a pesar de sus errores. No era tan grave, incluso hubo algo positivo: se sorprendió de que mucha gente la había ayudado a solucionar los problemas que se le iban presentando, pues mostrarnos humanos e imperfectos genera empatía en los demás. Dicen que los buenos comunicadores meten algún pequeño error en sus charlas para resultar más cercanos y ganarse nuestra confianza.

El soltar el control de todo, cambiar nuestro rol controlador y dejarnos ayudar un poco por los demás, ser flexibles con nosotros, con los demás y las circunstancias que nos van surgiendo ( ya lo decía Darwin: adaptarse o morir)   y, sobretodo,  comer alguna vez pizza para cenar conduce indudablemente a la felicidad.

LA VIDA ES LO QUE TE PASA MIENTRAS ESTÁS OCUPADO HACIENDO OTROS PLANES John Lennon

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