¿Sabemos a qué atribuyen los niños sus suspensos o aprobados? ¿Cómo es su lenguaje interior?¿Qué oímos más :» me he esforzado mucho» «he tenido suerte» «soy torpe»…?
En psicología existe una teoría denominada «Atribución Causal de Weiner», y, está muy relacionada con el logro/fracaso escolar, pero lo podemos aplicar a cualquier ámbito. No voy a extenderme aquí sobre el tema así que si algún psicólogo despistado cae por este artículo que no se escandalice por mi síntesis. Lo que quiero es transmitiros la siguiente idea: esta teoría trata de la percepción que uno tiene sobre las causas de un acontecimiento. Tomemos un niño, Juan, en adelante. Juan ha suspendido lengua. ¿Qué nos cuenta? ¿Que el profe le tiene manía, que no entiende lengua, que es tonto?. Esta autopercepción que todos tenemos del porqué nos ocurren las cosas, depende de varios factores.
- locus o localización. La causa es interna a mi o externa ( soy torpe/o el profe me tiene manía)
- estabilidad. La situación puede cambiar, o es para siempre ( me encontraba mal el día del examen/o este cole es muy difícil)
- capacidad de control. Tenemos control sobre lo que ha ocurrido o no (no estudié mucho/o tengo mala suerte)
Según la causa a la que atribuimos los acontecimientos nuestras conductas y expectativas cambiarán y también nuestra motivación.
- Juan cree que haga lo que haga va a suspender porque «es torpe o porque tiene mala suerte», se siente desanimado pues es algo innato a él y que no va a cambiar (causa interna, estable e incontrolable). La autoestima del niño sufrirá, aparecerá el miedo a fracasar de nuevo y el diálogo interno negativo: ¿para qué voy a estudiar? siempre voy a suspender. Nuestro niño podría decidir tirar la toalla.
- Juan piensa que suspendió pues «no estudié mucho» ( sería interno, pero no es estable ni incontrolable), la próxima vez puede estudiar más y conseguir su aprobado, esto le motivará.
Si las atribuciones son positivas, si crees que las circunstancias están bajo tu control, y que puedes cambiarlas, que la próxima vez lo puedes hacer mejor , es seguro que lo lograrás. El tener control sobre los hechos siempre nos confiere seguridad.
Por ello es bueno estar atentos a con qué lenguaje se están hablando los niños, qué creen que ha pasado, y si es posible comprobar realmente las causas y reflexionar, junto a ellos, sobre sus atribuciones. Quizás el problema no es «su falta de capacidad» sino «su falta de esfuerzo». Quizás necesite una ayuda extra. O puede, también, que si sus creencias acerca de sí mismo están muy arraigadas podamos ayudarnos de un Coach para que rompa esas etiquetas que no le ayudan.
- Hace poco le pregunté a un niño. Y tú ¿por qué crees que has suspendido esas tres?. «Es que soy muy torpe»-dijo.. «Ah ¿y en las otras cinco te vuelves listo?» . Se rió. Reconoció haber «vagueado» un poco en esas pues le gustaban menos . A veces sólo hay que buscarles la vuelta, relativizar y hacerles reír, incluso un poco de imaginación ayuda, ¡ponedles un gorro «con el que la lección se queda mejor»!, ¡diseñadlo juntos!. Al menos os relajaréis, y la tensión se desvanecerá.
Es interesante como educadores y como padres conocer dónde sitúan el locus los niños para ayudarlos. No sólo en estudios, sino también en cualquier área personal de la vida: cuando riñen con un amigo, cuando pierden en un juego. ¿Dónde sitúan la responsabilidad….en ellos, en los otros, en el azar? y, en consecuencia, ¿cómo actúan?.
Cuando uno cree que todo se debe a su mala suerte, o que la culpa es de los demás, la consecuencia más habitual es la inacción, «los otros deberán venir a hablarnos» » o contra la mala suerte no se puede luchar». Cuando uno examina las causas y comprende que una parte depende de él es libre de elegir cómo actuar.
Y vosotros… ¿Cómo os habláis?
Aquí os dejo un enlace a un test. ¡Os animo a descubrir cual es vuestro lenguaje interior!
http://www.ucipfg.com/Repositorio/MSCG/MSCG-16/BLOQUE-ACADEMICO/Clase-Presencial/MEDICION_LOCUS_DE_CONTROL.pdf
Si alguien quiere uno más concreto para niños que no dude en escribirme….