Pensamiento lateral

pensamiento lateral

Cinco hombres iban juntos por un camino en el campo. Comienza a llover. Cuatro de ellos apuran el paso. El quinto no hace ningún esfuerzo por darse prisa. Sin embargo, se mantiene seco mientras que los otros cuatro se mojan. Los cinco arriban a destino juntos. ¿Cómo pudo ser? Nota: para trasladarse sólo contaban con los pies.(solución al final, intentad hallarla)

Mi vena de «ex»  seleccionadora de personal no puede evitar fijarse en por dónde van los tiros en el mundillo de los RRHH últimamente. Cuando parece que todo el pescado está vendido, y, que ni el mismísimo Maquiavelo podría idear una nueva maldad para los incautos entrevistados, me sorprendo de nuevo este fin de semana. Al parecer lo que se lleva ahora en el mundo multinacional es hacer preguntas extrañas para comprobar el tipo de razonamiento del entrevistado.
¿Quién ganaría en una pelea Spiderman o Batman?
¿Cómo meter una jirafa en una nevera?
¿Qué llevarías a una isla desierta?( ¡Atención! Empresa seria:agua, comida, crema solar. Empresa en Silicon Valley: música, una libreta y una tabla de surf.
¿Cuál es tu princesa Disney favorita?( ¡pregunta trampa! Cenicienta si es un banco. Rapunzel o Brave si es un grupo de creativos)
No hay realmente una respuesta correcta, depende del contexto o la que ellos en todo caso quieran. No es lo mismo hacer una entrevista para un grupo creativo que para un banco.
Todos estos juegos están relacionados con el  PENSAMIENTO LATERAL. («Pensar fuera de la caja» en inglés).
En mi opinión el mejor ejemplo de pensamiento lateral es el Principito con su caja.
Al igual que el pensamiento crítico nos invita a un razonamiento reflexivo en el que ponemos todo en duda y somos capaces de defender o cuestionar una misma idea. el pensamiento lateral, permite al cerebro salir de su ruta lógica y lineal y pensar de forma desacostumbrada, plantearse lo imposible, encontrar soluciones diferentes y creativas a los problemas.
Cuando hacemos juegos de pensamiento lateral comprobamos lo difícil que nos resulta salir de nuestras secuencias lógicas. Para los niños es  mucho más sencillo y es un razonamiento que debería fomentarse en la escuela. Si haces estas preguntas a un niño, comprobarás que contestan algo enseguida, aunque sea la cosa más absurda.
En ocasiones los adultos desarrollamos:
 Fijación mental: intentamos solucionar los problemas cómo lo hicimos en el pasado, nos cuesta innovar y buscar otras alternativas.
 Fijación Funcional: nos vemos incapaces de dar a un objeto otro uso que aquel para el que está concebido. Es decir, un martillo es un martillo, y sirve para clavar. Pero para los niños puede ser una improvisada espada, una nave voladora, etc. Un palo sirve para cientos de cosas. Algo sencillo para hacer en clase es dibujarles un cuadrado en la pizarra y plantearles:  ¿qué se puede hacer con un cuadrado? Le darán mulitud de utilidades.
¿Cuándo perdemos esta maravillosa capacidad?
Para que «desaprendáis» y os «acostumbréis a lo desacostumbrado» (y  por si acaso os llaman de una multinacional) os dejo a continuación varios problemas de Pensamiento Lateral, así como la solución al primero. Y os invito a que intentéis adivinar solos este último, ¡escribidme y os daré pistas!
Un hombre se tiró del tren y murió. Antes de suicidarse estaba solo en un vagón, y lo único que se hallo en éste fue un pañuelo grande. Si hubiese viajado por otro medio de transporte, posiblemente no se hubiese suicidado. ¿Por qué se suicidó?
Solución al primero:Los cuatro hombres llevaban al quinto, que se encontraba en su ataúd.

Logro o fracaso escolar: a qué lo atribuimos.

 manolito triste¿Sabemos a qué atribuyen los niños sus suspensos o aprobados? ¿Cómo es su lenguaje interior?¿Qué oímos más :» me he esforzado mucho» «he tenido suerte» «soy torpe»…?

En psicología existe una teoría denominada «Atribución Causal de Weiner», y,  está muy relacionada con el logro/fracaso escolar, pero lo podemos aplicar a cualquier ámbito. No voy a extenderme aquí sobre el tema así que si algún psicólogo despistado cae por este artículo que no se escandalice por mi síntesis.  Lo que quiero es transmitiros la siguiente idea: esta teoría trata de la percepción  que uno  tiene sobre las causas de un acontecimiento. Tomemos un niño, Juan, en adelante. Juan ha suspendido lengua. ¿Qué nos cuenta? ¿Que el profe le tiene manía, que no entiende lengua, que es tonto?. Esta autopercepción que todos tenemos del porqué nos ocurren las cosas, depende de varios factores.

  1. locus o localización. La causa es interna a mi o externa ( soy torpe/o el profe me tiene manía)
  2. estabilidad. La situación puede cambiar, o es para siempre ( me encontraba mal el día del examen/o este cole es muy difícil)
  3. capacidad de control. Tenemos control sobre lo que ha ocurrido o no (no estudié mucho/o tengo mala suerte)

Según la causa a la que atribuimos los acontecimientos nuestras conductas y expectativas cambiarán y también nuestra motivación.

  • Juan cree que haga lo que haga va a suspender porque «es torpe o porque tiene mala suerte», se siente desanimado pues es algo innato a él y que no va a cambiar (causa interna, estable e incontrolable). La autoestima del niño sufrirá, aparecerá el miedo a fracasar de nuevo  y el diálogo interno negativo: ¿para qué voy a estudiar?  siempre voy a suspender. Nuestro niño podría decidir tirar la toalla.
  • Juan piensa que suspendió pues «no estudié mucho» ( sería interno, pero no es estable ni incontrolable), la próxima vez puede estudiar más y conseguir su aprobado, esto le motivará.

 

Si las atribuciones son positivas, si crees que las circunstancias están bajo tu control, y que puedes cambiarlas, que la próxima vez lo puedes hacer mejor , es seguro que lo lograrás. El tener control sobre los hechos siempre nos confiere seguridad.

Por ello es bueno estar atentos a con qué lenguaje se están hablando los niños, qué creen que ha pasado, y si es posible comprobar realmente las causas y  reflexionar, junto a ellos,  sobre sus atribuciones. Quizás el problema no es «su falta de capacidad» sino «su falta de esfuerzo». Quizás necesite una ayuda extra. O puede, también, que si sus creencias acerca de sí mismo están muy arraigadas podamos ayudarnos de un Coach para que rompa esas etiquetas que no le ayudan.

  • Hace poco le pregunté a un niño. Y tú ¿por qué crees que has suspendido esas tres?. «Es  que soy muy torpe»-dijo.. «Ah  ¿y en las otras cinco  te vuelves listo?» . Se rió. Reconoció haber «vagueado» un poco en esas pues le gustaban menos . A veces sólo hay que buscarles la vuelta, relativizar y hacerles reír, incluso un poco de imaginación ayuda, ¡ponedles un gorro «con el que la lección se queda mejor»!, ¡diseñadlo juntos!. Al menos os relajaréis, y la tensión se desvanecerá.

Es interesante como educadores y como padres conocer  dónde sitúan el locus los niños para ayudarlos. No sólo en estudios, sino también en cualquier área personal de la vida: cuando riñen con un amigo, cuando pierden en un juego. ¿Dónde sitúan la responsabilidad….en ellos, en los otros, en el azar? y, en consecuencia, ¿cómo actúan?.

Cuando uno cree que todo se debe a su mala suerte, o que la culpa es de los demás, la consecuencia más habitual es la inacción, «los otros deberán venir a hablarnos» » o contra la mala suerte no se puede luchar». Cuando uno examina las causas y comprende que una parte depende de él es libre de elegir cómo actuar.

Y vosotros… ¿Cómo os habláis?

Aquí os dejo un enlace a un test. ¡Os animo a descubrir cual es vuestro lenguaje interior!

http://www.ucipfg.com/Repositorio/MSCG/MSCG-16/BLOQUE-ACADEMICO/Clase-Presencial/MEDICION_LOCUS_DE_CONTROL.pdf

Si alguien quiere uno más concreto para niños que no dude en escribirme….

Competitividad infantil o «Do my best»

Do      Oigo a muchos niños, incluído el mío, decir orgullosos cuando aprenden algo:» lo hago mejor que fulanito», o «ya me sale mejor que a menganito». Observo también que muchos padres refuerzan esta idea y me pregunto si esto es sano emocionalmente para los niños.

Está claro que hay un componente motivacional para ellos y que a veces un «pique sano» es bueno para ese empujón que les falta, para vencer el miedo a probar ciertas cosas. Pero también es cierto que, a veces los padres abusamos de las comparaciones: tu primo ya se ha comido todo, tu hermana hace mejor letra que tú y mejor no entremos en tema notas o deportes, pues aquí la línea de quién está compitiendo si el padre o los hijos, está muy difusa.

Los niños deberían encontrar su refuerzo en sí mismos, su vara de medir no debería ser el resultado de terceros sino su propio esfuerzo, independientemente del resultado. Acude a mi mente una expresión americana que me encanta: DO MY BEST, quiere decir «lo hago lo mejor que puedo»,»doy lo mejor de mí».

Nuestros hijos no serán los mejores en todo lo que acometan, ni tampoco los peores. Pero cuando nuestro baremo está en los demás, y salimos mal parados en la comparación, esto puede conllevar mucha frutración. ¿Qué es mejor superar a los demás o superarse a uno mismo?. Si el niño lo está haciendo lo mejor que puede, es esto lo que debemos aplaudir, fomentar que se sienta orgulloso de sí mismo, lo que elevará su autoconcepto,  y en caso de compararle con otros, enfocarnos siempre  en el esfuerzo, no en el logro.