«Oigo luego escucho»

escucha

 

«Oigo luego escucho«…., no, lamentablemente no son sinónimos.

Este artículo ha sido  culpa de  un amigo que  tomando un café me hizo la gran pregunta:

 » Y tú, ¿cómo estás? »

Me pillo tan de sopetón  que no sabía qué contestar. No era la pregunta en sí, sino más bien el silencio que acompaño a la pregunta. Miré alrededor a ver si de verdad era a mí.

Esta pregunta suele ser retórica y va acompaña de un discurso de » pues yo blablabla». Así que nuestro cerebro ni se molesta en procesarla en busca de respuesta. Pura fórmula de cortesía en nuestra sociedad. Una mera introducción al monólogo posterior.

Pero vi que me lo estaba preguntando en serio, su cara mostraba  interés genuino y yo  no sabía qué decir. No se iba a conformar con un bien convencional. Si tu semana ha sido fenomenal es fácil, la respuesta vuela a tus labios sola pero ¿y si algo no ha ido como esperabas? No es cuestión de matar a tu interlocutor con todas tus aflicciones y dolencias varias, que a veces, tenemos tendencia a la «quejitis».

Lo más normal es que esboces una tímida sonrisa y digas «bien». Hay algunos que han elaborado una fórmula magistral «bien sin entrar en detalles».

Esta, a priori, sencilla pregunta, implica que esa persona se va a tomar su tiempo en escucharte, ESCUCHARTE , eso que tanto necesitamos todos. Que tiene interés por tu bienestar, y que no era un pretexto para contarte «lo suyo».

No me tachéis de feminista pero en un hombre esto aún es más insólito, os volvéis un poco batallitas con la edad…….

No conforme con eso, mi partner de conversación, me preguntó por un proyecto que sabía que no había cuajado y se interesó por cómo me lo había tomado … ¡guauu!  me había escuchado el día que se lo conté e imaginaba mi desilusión,   eso sí es EMPATÍA.

¿Por qué este fenómeno casi sobrenatural hoy en día de SENTIRNOS ESCUCHADOS nos produce estupor, desconfianza según a quienes, cuando debería ser lo natural?. Algunos verán la ocasión para sacar la artillería y explayarse a gusto. Yo creo que el tiempo de todos es oro y tampoco es cuestión de abusar. Pero por favor ¡qué bien sienta que te escuchen! que te escuchen de verdad.

No esperes a que te toque el turno de hablar, escucha de veras  y serás diferente.

Charles Chaplin

 

Una buena conversación es casi un arte y necesita un espacio y un tiempo para contestar. Una clave es controlar nuestra impaciencia y no sentirnos incómodos ante LOS SILENCIOS. Sí, esos que nos hacen sentir tan raros a todos y buscar frenéticamente algo que decir, y si puede ser inteligente e ingenioso mejor. Sin embargo, éstos sólo indican que el interlocutor está reflexionando, que hemos tocado un tema profundo y  que se está tomando su tiempo para contestar, no debemos apresurarle. La conversación se habrá vuelto reflexiva y habremos conectdo.

Una buena escucha  es más curativa que empezar a dar consejos a diestro siniestro, o desde luego vomitar toda nuestra semana. Muchas veces la otra persona sólo necesita desahogarse, no una solución mágica. Supone un ejercicio por nuestra parte de no andar buscando «el consejo rápido» aunque sea para ayudarle.  Y la prudencia debe ser tu mejor aliado si eres de los que gustas de contar todas tus penurias, o todos tus logros.

¡Recuerda!, dos orejas una boca. Habla la mitad de lo que escuchas.

Si no quieres convertirte en un monologista profesional  cuando termines de estar con alguien pregúntate:

¿He aprendido algo de esta persona?¿ la conozco un poco más que al principio? ¿le he hecho preguntas? ¿la conversación ha estado repartida?

Algunas pistas para desarrollar una buena escucha activa:

  • Mantén el contacto visual
  • Pon toda tu  atención, no mires el móvil ni el reloj.
  • Haz preguntas, demuestra interés, ofrece realimentación, parafrasea
  • Atiende al lenguaje corporal para saber qué siente esa persona. Desarrolla tu empatía y tu intuición. Aprende a descifrar las señales.
  • Da tiempo, respeta los silencios.
  • Cuida tu tono.

Y esto se aplica por igual a las relaciones entre personas que a las profesionales :¿ Un comercial no debe escuchar con interés a su cliente para detectar sus necesidades? no hablemos ya de profesionales de la salud mental o coaches ….

  Y TÚ, ¿OYES O ESCUCHAS?.

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