Rapport
Hay un concepto que se utiliza en Coaching que se llama Rapport. El Rapport significa la «sintonía» que se establece entre dos personas, puede ser psicológica, emocional. No sólo en una sesión de coaching, obviamente en cualquier situación de comunicación entre dos personas es bueno generar este clima de confianza, de complicidad.
¿Puede forzarse o surge?
Yo diría que surge de forma espontánea en varios niveles. ¿Os habéis fijado que según con quién habláis vuestro lenguaje cambia y se adapta al interlocutor?. Tendemos a usar los latiguillos de la otra persona, incluso a imitar sus gestos, o cambiar el tono de la voz. Se crea un lenguaje común que sólo usas con esa persona.
Sin embargo este Rapport se puede provocar para facilitar la comunicación. Simplemente imitando sutilmente el lenguaje verbal y corporal de la persona que tenemos enfrente. Para ello observaremos con calma, puede ser una persona que necesite espacio, o bien cercanía, que se mueva mucho cuando habla o sea sosegada. Según esto actuaremos.
¿Quién puede hacer rapport?
Un emprendedor vendiendo sus servicios, un comercial, un terapeuta, un profesor, un orador ante su público, incluso es muy útil en una entrevista de trabajo.
Siempre recomiendo a mis alumnos que en sus entrevistas sean los más auténticos posibles. Que una entrevista es una selección bilateral, la empresa te evalúa pero también tú a ellos. Pero dentro de la autenticidad un poco de rapport con el entrevistador no está de más. Encontrar una persona parecida a tí siempre genera simpatía así que adapta tu energía y tus formas a las de tu entrevistador.
Y está claro que dentro del Rapport un elemento importante además de tu actitud, tu voz, tu tono, tus gestos es LA VESTIMENTA.
Igual que con lo demás, en cualquier ocasión debes sentirte cómodo y sentirte tú, pues esto es lo que te dará la seguridad que necesitas. Pero también es interesante adecuarse al auditorio al que te diriges.
Escoge con cuidado lo que quieres transmitir porque la primera impresión hablará de tí: seguridad, desenfado, iniciativa.
Enfócalo como algo divertido, en el que manteniendo tu esencia puedas «disfrazarte» para la ocasión y adquirir otro rol. Juega con tu versatilidad y elige con cuidado los colores, y el atuendo. Sin olvidar la máxima «menos es más«, si dudas mejor apuesta por algo neutral.
Hay profesiones que nos dan más margen de actuación y podemos ser un poco más extravagantes a la hora de vestir, incluso esta imagen diferente puede ayudar a «vendernos«. Pero hay sectores más «conservadores», que todos conocemos, en los que hay que atenerse a las reglas. Yo recomiendo que si eres un poco rebelde y te cuesta ponerte un traje o vestir de forma tradicional, juegues con alguna prenda secreta que nadie vea pero que a tí te mantenga conectado contigo: una corbata, unos calcetines divertidos…. lo dejo a vuestra imaginación.
Y como un traje puede ser desde «una herramienta» hasta un «handicap» según con quién tratemos, os dejo el post de un amigo que con su experiencia seguro nos iluminará un poco más en esto del vestir para cada cliente.